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DIARREA
Definición

Es un trastorno que se caracteriza por una evacuación de heces de consistencia líquida o pastosa, debido a un aumento en el agua fecal (más del 80%). Por lo general se relaciona a la diarrea con el número de deposiciones; pero no es tan estricto, ya que lo que la caracteriza es la pérdida de consistencia en las heces.

Puede producir deshidratación, ya que hay una pérdida importante de agua y de minerales, en especial de sodio y de potasio. Debemos recordar que la diarrea como tal es un síntoma de un estado patológico, y no una enfermedad en sí misma.


Causas

Se debe hacer una distinción entre diarreas agudas y diarreas crónicas.

Las primeras son causadas generalmente por la infección de agentes bacterianos o virósicos. Estas persisten durante un período corto.

Las diarreas crónicas se caracterizan por ser recurrentes, produciendo deshidratación, adelgazamiento y, en estadíos avanzados, conduciendo a una desnutrición. En contraposición a las agudas, éstas persisten durante períodos largos. Son por lo general un síntoma producido por alguna afección intestinal, como insuficiencia biliar, insuficiencia pancreática y síndromes de mala absorción.


Fisiopatología de las diarreas

Diarrea Osmótica (la más común), provocada por la existencia de partículas que atraen agua hacia la luz intestinal, estimulando además de manera intensa el peristaltismo (movimientos cíclicos del tracto digestivo). Este trastorno puede ser provocado por consumo excesivo de leche y dulces, así como también por alimentos no tolerados por el organismo.

Diarrea Secretora, es determinada por la presencia de una intensa actividad de las criptas intestinales, por ejemplo en la Diarrea del cólera.

Diarrea por falla de absorción, la falla puede ser de un nutriente, varios nutrientes, siendo la más común aquella provocada por mala absorción de grasas.

Diarrea por Hipermotilidad, es la clásica “ diarrea de los exámenes”, producida por toxinas que segregan los estafilococos que provocan hipermotilidad.


















Alimentos recomendados para una diarrea aguda

En principio se debe prestar mucha atención a la rehidratación. La logramos con:

-Un aporte adecuado de agua.
-Infusiones claras de té, manzanilla.
-Caldos de frutas como manzanas, peras o duraznos.
-Caldos de verduras colados y salados.


Si estos alimentos son tolerados se continúa con:

-Caldos espesados con sémola, fideos cabello de ángel, arroz, polenta, pan desecado en el horno y galletitas de agua.

Esta progresión suele ser rápida y se evoluciona con:

Lácteos: yogures y leches cultivadas descremadas.

Quesos: tipo port salut de bajo tenor graso, untables descremados, ricota descremada y mozzarela.

Huevo: cocido por hervido.

Carnes: blancas de ave como pollo y pavita, sin piel ni grasa. Pescados como abadejo, brotola, mero, merluza, pejerrey y salmón blanco.

Cereales y derivados: Harinas gruesas como sémola, semolín, polenta. Harinas finas como féculas y almidones. Pastas simples de laminado fino, como fideos de trigo candeal, ravioles, canelones rellenos de alimentos recomendados, arroz blanco decorticado, avena.

Panificados: Pan blanco, tipo francés desecado o tostado suavemente. También pueden consumirse galletitas de agua.

Hortalizas: zanahoria sin el centro, zapallito, zucchini y tomate sin piel ni semillas, zapallo, calabaza, chaucha sin hilo ni poroto, punta de espárragos, corazón de alcaucil, papa y batata. Se recomienda consumirlos cocidos al vapor o por hervido.

Frutas: durazno, damasco, manzana, pera, manzana y banana.

Dulces: mermeladas (para untar) de frutas anteriormente nombradas; jaleas y dulces compactos de membrillo.

Azúcar: blanca o negra y miel, para endulzar infusiones.

Aceites: de girasol, maíz, canola, oliva. Se recomienda no someterlos a cocción.

Infusiones: té, manzanilla, boldo y malva.

Bebidas: agua no gasificada, jugos de frutas diluidos con agua, caldos de frutas.

Condimentos: sal. Aromáticos como perejil, romero, laurel, tomillo, orégano, azafrán, albahaca, comino y salvia.
Para tener siempre presente
- No ingerir líquidos muy fríos.
- Masticar muy bien los alimentos y comer despacio.
- No consumir grandes volúmenes de alimentos en una sola comida. Esto se logra fraccionando la alimentación a lo largo del día.